
Y te creías que la sabías todas, encaramado en raíces achacadas de instrucciones pasajeras, con canto rodado en las rodillas, viendo pasar la vida cual tonto de sonrisa falsa y cuerpito de hombre a medias.
No supiste crecer, pese a que la vida te entregaba esa mano de mujer con creaciones de cuarta dimensión que no veías.
Te entregaste a los devaneos de adolescente ya caducado, con una mente descolocada por historias de paisajes nublados, de fantasías que apenas podías reconocer.
No tuviste la valentía de vivir, te dejaste llevar por sueños de pirata, conquistador de pacotilla.
Y el tiempo que pasa cual relámpago… te dejó en la estacada; porque apenas llegaste a comprender, que solamente ella dio lo mejor de sí para que resplandecieras.
Triste tiene que ser tu vida a medida que los años avanzan, si tus palabras echadas al aire siguen sin tener contenido, si no pudiste comprender los cambios y que todo no continuaría en tu barca de madera corroída… Deja de lastimar ese corazón que ya no anida nada de ti, que ha dejado de sufrir con tus falacias, porque ella es demasiado mujer para ti, hombre pequeñito.
Nada de lo que ya digas podrá entrar en su jardín de flores, ya tus matas no existen, fueron cortadas de raíz. Pasaste a ser historia.
Encárgate ahora de vivir un nuevo sueño, que sea limpio a tus ojos, si te atreves, si eres capaz de hacerlo, porque… lo que te quede por vivir y si sigues en esta misma, verás que cuando los ejes de tu noria estén herrumbrados, llorarás y te llevará tiempo retirar de ellos los nubarrones que no supiste evitar. Pagarás tu factura, la más cara, la de tu soledad.
Autora: Laisabi Sol
Imágen: Hombre con la cabeza llena de nubes - Dalí
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