Muchas veces te van sucediendo cosas por diversas circunstancias hacen que un momento sientas…Stop, pero un stop que te direcciona hacia algo.
Una imagen, palabras de un mail, una charla, fechas, todo tiene un mensaje si tus sentidos están abiertos para poder dilucidar las informaciones que estás recibiendo.
Las recibimos?
La mayoría de las veces caminamos como a oscuras sin percatarnos lo que va ocurriendo a nuestro alrededor.
Ponemos escudos para todo y en ese todo dejamos de lado esas señales que nos quieren abrir los sentidos.
Nuestros ojos abarcan mucho, pero solo los dirigimos hacia lo no fundamental.
Al estar tan “mecanizados” nuestra mirada se transforma en sólo ojos donde se mezclan las cosas y como cegados por eso, nos perdemos en una nebulosa con enredos que no nos conducen a buenos resultados. Es así, que nuestra mirada no llega más allá de nuestras narices.
Es decir, perdemos lo esencial.
Nuestros músculos se contraen, quedamos como entumecidos, los sentidos dejan de percibir y la mente gira como en un tío vivo sin encontrar respuestas.
Nos estancamos.
Los oídos no escuchan, sólo oyen una serie de palabra que no interiorizamos.
Es tan grande la desconexión interior que no escuchamos, ni miramos, ni percibimos…
Nos encerramos anudamos las ideas sin seleccionarlas.
Cerramos los puños para enfrentarnos a la vida no para vivirla, porque truncamos la información diferente rechazándola.
Y como avestruz metemos la cabeza dentro de la tierra, todas las noches colgamos el escudo, nos acostamos, no logramos dormir pensando y pensando y al otro día volver a cargar el escudo, cerrar los puños y cegar los sentidos.
Hay que estar atentos, es importante transformarnos para que comience a funcionar nuestra energía para ir comprendiendo dónde estamos y para qué estamos.
Aprendamos a mirarnos a nosotros mismos y a desatar los nudos.
“Creer posible algo es hacerlo cierto” Christian F. Hebbel
Autora: Laisabisol
Fluir... desatando antiguos nudos!
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