Hoy por hoy los años que me queden por existir, deseo sea en armonía, buscarla porque no la conocí, mi melodía personal la di a mi manera, esa que pude encontrar como se encuentran los tréboles de cuatro hojas. Ahora quiero vivir no en lucha permanente, quizás con el espray de pimenta aunque esté invisible, sólo para defensa, pues no me queda tiempo para discusiones sin acuerdos productivos, necesito estos tiempos para disfrutar de los mejores momentos que el día a día me entregue, para cargarlos con energía positiva y valorizar todo aquello que mi hija y mi marido dejen en mí y yo en ellos, ofrecerles todo lo que mi capacidad de madre y mujer tengo y sigo aprendiendo diariamente. Los miro, observo sus cambios, me alegra verlos, me quedo callada asimilando cada movimiento, porque los percibo de distinta manera, como cuando veía los progresos de mis alumnos en la escuela. Lloro en silencio; porque a veces hay cosas que sigo sin entender, porque a ve...